A veces, convivir con la familia no se siente como un lugar seguro, sino como una fuente constante de tensión, culpas y enojos.

Quizás ya intentaste hablar, ceder o evitar problemas... pero el conflicto sigue ahí.
Y aunque los quieras, a veces te sientes rebasado.

🟩 ¿Te suena alguna de estas situaciones?

☑ Te cuesta poner límites sin que se hagan los ofendidos.
☑ Sientes que cargas con responsabilidades que no te tocan.
☑ Siempre terminas cediendo para no pelear.
☑ Hay favoritismos, injusticias o tratos desiguales.
☑ No te sientes escuchado ni valorado por tu familia.
☑ Te agotas tratando de quedar bien con todos.
☑ Hay distancias, enojos o heridas que nadie quiere hablar.
☑ Quisieras paz, pero todo termina en drama o tensión.

🔻 ¿Y si no haces nada?

Es probable que el conflicto siga creciendo, aunque se intente “no hablar del tema”.
Puedes empezar a evitar reuniones familiares o sentirte culpable por querer alejarte.
Incluso podrías normalizar el maltrato, la indiferencia o el desgaste emocional.

✨ ¿Y si pudieras vivirlo diferente?

Imagina poder expresarte sin miedo a reclamos.
Poner límites sin sentirte culpable.
Sentirte escuchado y valorado por quienes te rodean.
Poder estar con tu familia sin agotarte o querer salir huyendo.

💬 ¿Cómo te ayuda la terapia conmigo?

Te acompaño a trabajar los conflictos familiares que te afectan, enfocándonos en lo que te está doliendo y desgastando.

✅ Aprendes a poner límites sanos sin pelear ni ceder siempre
✅ Trabajamos la culpa, el miedo al conflicto y el deseo de que todo esté bien
✅ Te ayudas a tomar decisiones que te den paz sin sentir que estás fallando a nadie
✅ Identificas tu lugar real en la familia y dejas de asumir roles que no te corresponden
✅ Sanas la relación contigo mismo(a), incluso si tu familia no cambia

Cuando lo familiar pesa más de lo que acompaña, es momento de trabajar en ti.
No para alejarte de tu familia, sino para relacionarte desde la paz, no desde la herida.